Pero, también comienzan a escucharse las promesas, los compromisos, los protagonismos partidistas, los ataques y guerras de lodo contra los opositores, sin faltar desde luego, los spots radiofónicos, televisivos y la propaganda impresa que invadirá calles y casas particulares. Además, ya es muy común ver a nuestros políticos, esos que andan sobre todo en campaña, abrazando ancianos o viejitas de condición humilde y hasta los niños, nada más para las fotos publicitarias, porque esto es parte de los llamados “baños de pueblo,” para que después, en el puesto que ostentan, ya ni se acuerdan de ellos.
Son muchos los mexicanos que reprobamos este tipo de precampañas, mismas que de acuerdo a la opinión pública, no tiene caso derrochar millones y millones de pesos dentro de las mismas, al fin de cuentas y en la mayoría de las ocasiones ya se sabe quién va a ganar las elecciones. Imagínese querido lector, lo que se construiría en obra pública con este dinero que pertenece al pueblo y que se invierte en estas actividades electorales que se asemejan a los carrizos, “fuertes y brillosos por fuera, pero huecos por dentro” y que prácticamente estos dineros se van… a la basura.
De nada sirvió que se intentara modificar la reforma de la Ley Electoral que supuestamente reduciría el número de días de campaña, en donde solamente se llevó al fracaso esta “tentativa,” por lo que nos da la impresión de que quienes se encargan de votar por cada iniciativa (llámense diputados), no pudieron o no quisieron hacerlo, pese a que en el pasado mes de mayo, tuvieron la oportunidad y voluntad de hacerlo, pero se quedaron como el chinito… “nomás milando”.
El candidato del PRI, José Antonio Meade, inició las actividades de proselitismo en San Juan Chamula, en Chiapas (su Estado natal), porque ahí están los orígenes y raíces indígenas del país; Ricardo Anaya, precandidato por la coalición PAN-PRD y Movimiento Ciudadano, arrancó el trabajo electoral en el municipio de Amealco, del Estado de Querétaro y Andrés Manuel López Obrador, del Partido MORENA, comenzó su proselitismo en el Hotel Hilton del centro de la ciudad de México.
Esta precampaña que lleva a la ruta de la Presidencia de México, se inicia este jueves 14 de diciembre y culmina con las campañas oficiales, para concluir en tiempo y forma, con las elecciones del primero de julio de 2018, por lo que los mexicanos y los que piden tranquilidad, tendrán que soportar durante estos largos meses, la emisión y difusión de 11 millones 184 mil spots televisivos y radiofónicos que contienen las propuestas electorales y mensajes de los precandidatos, donde se renovarán tres mil 406 cargos de elección popular, incluida la Presidencia de México, la Cámara de Diputados y del Senado, nueve gubernaturas, Congresos Locales y Ayuntamientos Municipales.
Así es que, usted decide si apagar su radio, el televisor o soportar las mentiras, la demagogia en los discursos de estos tres contendientes o de plano, adherirse a la cargada política de obreros, burócratas o pueblo en general, en donde los convierten y utilizan como matraqueros, aplaudidores de las alocuciones y lanza vivas de cada aspirante. En el caso de los primeros que se mencionan, son obligados a asistir y aguantar horas y horas las inclemencias del tiempo y así tener presencia en estas actividades políticas; porque de lo contrario, les rebajan el sueldo o los despiden de su trabajo, ya que de “voluntarios,” no tienen nada y esto, es a la usanza del viejo PRI, como se ha hecho desde hace años en los sectores del partido tricolor… HASTA LA PRÓXIMA.
