Pasada la catarsis de la jornada electoral del 2 de junio, y a 45 días de la toma de protesta de las nuevas autoridades municipales por parte de los ganadores en dicha contienda, hay cierto hermetismo y calma política.
Pero eso no sucede en los ayuntamientos salientes. El ciclo de los relevos comienza en todo Zacatecas y Jalisco. Mientras los entrantes esperan ansiosamente el momento de iniciar con su encargo, en muchos casos, los salientes ya no quieren queso sino salir de ratonera. Los números no cuadran, en consecuencia, habrá problemas, sobre todo en donde ganó la oposición.
Las presidentas y presidentes municipales, regidores y síndicos se aprestan a tomar posesión de su encargo; de igual manera, los diputados electos tanto locales como federales e incluso senadores. En el caso de Jalisco, Pablo Lemus, aunque lo más probable es que será ratificado su triunfo como el próximo gobernador, la verdad es que su agenda ha sido discreta y sin aspavientos, en pocas palabras no ha habido festejo. El horno no está para bollos.
Para muchos es el inicio de una carrera política, para otros es la continuidad de lo que iniciaron en otro momento y circunstancia. Es de reconocerse que en las presidencias municipales y demás cargos de elección popular, no estarán todos las que son ni serán todos los que están. Dicho de otra forma, muchos no debieron ganar, ya sea por su mala reputación o por su incapacidad para gobernar, mientras que, en otros casos, los que deberían estar, por alguna circunstancia no pudieron llegar. En suma, no hay garantía de que en nuestros pueblos gobernarán los mejores.
Para quienes no obtuvieron el triunfo, es aún muy pronto para dar vuelta a la página, sobre todo para quienes trabajaron arduamente desde mucho tiempo atrás en busca de obtener el apoyo de la ciudadanía para alcanzar el objetivo y ocupar el cargo anhelado. Tres años se pasan pronto.
Para los morenistas de Jalisco difícilmente se presentará otra oportunidad, la alianza con 4 partidos, la popularidad del presidente, el arrastre de Claudia Sheinbaum, el desgaste natural de los que hoy gobiernan el estado y municipios y que a pesar de la ola en contra volvieron a ganar, todo ello hace pensar que en la intermedia del 2027 sin la influencia del centro ya nada será igual.
Mientras tanto en el ámbito federal, solo esperamos que la próxima presidenta de la República no siga el ejemplo de López Obrador de hacer proselitismo desde Palacio Nacional, mucho menos alentar la impunidad con su letal política de brazos caídos frente el Crimen Organizado. El pueblo se cansa de tanta tranza.