Desde los primeros asentamientos humanos en el Cañón de Bolaños, han venido infinidad de aventureros de distintas latitudes.
Las culturas de esta región montañosa, han resurgido en la historia como buscando su propia identidad, siendo bautizadas como “Cultura Bolaños” mayormente por los trabajos que encabezó la investigadora egresada de la UNAM, María Teresa Cabrero.
Por cierto, se cree que la arqueóloga Cabrero apenas si descubrió una tercera parte de los vestigios prehispánicos que se cree hay en el gran Cañón de Bolaños; es decir, hay muchos más sin descubrir.
Algunos de los que fueron estudiados son el del cerro El Colorín y los de Chimaltitán: Cerro Chino y Cerro del Banco. En San Martín de Bolaños el Cerro del Piñón y Pochotitán.
Por igual, desde ese entonces, se han encontrado vestigios de actividad minera prehispánica en la región, siendo lo más relevante las piezas utilizadas en la metalurgia donde los objetos encontrados son de uso ornamental o ritual, como anillos y cascabeles.
De hecho, durante la conquista, quedó escrito en las crónicas de los frailes de Chimaltitán, que los nativos o naturales usaban o poseían piezas elaboradas de metales valiosos, como el oro.
De esta manera, el misterioso Mineral de Bolaños, a través de los siglos, ha dado pie a historias, leyendas y aventuras fantasiosas en las que predominan la fiebre del oro y la plata. Riquezas que se esconden discretas en el enorme cañón, pues como si de un desfile se tratara, empresas o personas de diferentes naciones han llegado a probar suerte.
Muchos de ellos la tuvieron al extraerle parte de su inagotable riqueza; a cambio, muchos dejaron huella de su paso por estas cálidas tierras a través de sus obras de arquitectura y conocimientos heredados a las generaciones actuales como si de un trueque se tratara.
Actualmente, la gente del Cañón sigue disfrutando de la derrama económica que la compañía Minerales y Minas Mexicanas deja, cuya bonanza, se espera continúe así por mucho tiempo más.
Hasta aquí nuestra colaboración para Voz del Norte con motivo de su XXVII Aniversario. También, nuestros mejores deseos para el pueblo de Bolaños y el resto del Cañón, con motivo de la Navidad.
Atentamente:
C. René Ríos Casas

